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viernes, 3 de abril de 2015

Pequeño pensil de los Andes, #Latacunga

    Paseando una tarde fría (algo demasiado habitual) por mi ciudad, cargaba dentro de mi bolso la cámara fotográfica y con un poco de lo que los fanáticos de Sartre llamarían cuestionamiento existencial, en mí se produjo aquel movimiento más artístico que filosofico para captar la belleza que ciertamente es incuestionable ante un mundo tan subjetivo. 

    Me encontraba en la Plaza de Santo Domingo, en frente de la iglesia que lleva el mismo nombre. Demasiado viento para mi gusto(como siempre), pero eso no es un impedimento para tomar una que otra foto - pensé. 

    Me alegra que aún cuando el reloj marcaba cerca de las siete, las luces de los faros aún no hayan estado escendidas ni el cielo cubierto por la oscuridad de la noche. Aquel azul turquesa logra reflejar mi constante queja (sin receptor) del incontrolable frío que recorre las calles de esta, mi ciudad. 
  

MI PEQUEÑO PENSIL DE LOS ANDES

   Latacunga, pequeño pensil de los inmensos Andes. Lo que muchos extranjeros denominarían ''pueblo'', para mi es una de las CIUDADES más bellas en relación al espacio abarcado; y es que no se trata por el cariño que uno tiene a su tierra, sino más bien por el valor que ha encontrado como persona en ella.



   Me atrevo a decir que a lo largo de la trazada travesía que recorre el camino de los Andes ecuatorianos, las maravillas abundan. Ciudades, pueblos y metrópolis, todas paradas y parajes hermosos, superficialmente parecidos, pero con un profundo sello marcado por la cultura y tradición, las costumbres y los modismos que hemos adquirido con cada victoria y derrota social o política.



   Bueno. ¿Y qué es un pensil exactamente? 

   En un concepto poético se denomina pensil a un jardin místico, algo hermoso y vasto. Veámoslo más bien como el hipotético caso de un oasis en medio de inmensos páramos. El lugar escogido para abrir un espacio contemporáneo en medio de la espesura serrana. Para aclarar esta idea pensemos que hace mucho tiempo Latacunga fue la cuna de <<filántropos y sabios>>; los primeros acentamientos de cultura, saberes y esperanzas se desarrollaron aquí. De algún modo debía ser este el lugar nombrado cantón principal de la provincia Cotopaxi.



   Y la análoga comparación del oasis en relación al pensil no es vana. Pasarán siglos y viajeros sedientos de aventura hallarán este lugar. Mientras los latacungueños, donde me incluyo, no debemos perder de vista la riqueza histórica y arquitectónica que nos rodea. 

Calidad es más que cantidad, dicen.

Y depende de nosotros enriquecer lo que nos pertenece.
Y depende de nosotros cultivar ideales en un pueblo que se nos fue dado, 
y no abandonarlo, 
y no olvidarlo.

- Josselyn B.